Cómo y Por Qué Aprender a Decir que NO

Aprender a decir que no
¡Sí se vale y sí se puede!

Por: Dora Pancardo.

 

 

Conforme los años se acumulan y las responsabilidades de la vida también, vamos llenándonos de compromisos y obligaciones que llegan a ser tantos y de tan diferente índole, que a veces resultan inmanejables y nos dejan exhaustos, enojados y frustrados, primeramente, por no dedicarnos a nosotros mismos un poco de ese tiempo que sí tenemos para todo y todos los demás y, en segundo término (pero no menos importante), por nuestra poca habilidad para pronunciar una palabra tan corta como mágica: NO.

En mi propia experiencia (que es de la que puedo hablar y que con gusto siempre les comparto), ha habido momentos en mi vida en que mi agenda diaria incluye desde una reunión de negocios hasta ir con el zapatero, pasando por una vueltecita por el súper y –por qué no-, una interminable llamada telefónica con algún familiar que necesita ser escuchado, mientras yo manejo como desesperada tratando de llegar a tiempo a ese coctel del primo de un amigo, que tan cordialmente me invitó y…”¡ni modo de decir que NO!”.

¿Te suena familiar?

Si es así, entonces tú y yo estamos en el camino de aprender a decir que NO. A continuación te comparto las razones que, ciertamente, me han ayudado a comunicarme de mejor forma, teniendo como consecuencia el no llenarme de compromisos que no deseo realizar, así como también te dejo algunas tácticas sobre cómo decir que no (claro, sin morir en el intento) ;)

Por qué decir que NO:

  • ¡Porque tienes derecho! Nada más simple que esto: tienes derecho absoluto a definir y decidir tus prioridades y lo que haces con tu tiempo. Sí, ya sé que a veces parece que lo pierdes o se esfuma, pero cada vez que eso suceda, recuerda que el derecho a decir que NO es tan tuyo e intransferible, como para ejercerlo cuando así lo decidas.
  • Porque te librará de hacer lo que NO QUIERES: ¿A poco no muchas veces has preferido estar en casa viendo una peli que con tu suegra aprendiendo macramé? La verdad es que decir que NO te dirigirá a concentrarte en lo que realmente quieres, en tus necesidades y gustos.
  • Porque es saludable: Decir que NO te permite encontrar tiempo para ti mism@ y eso, en consecuencia, te lleva a tener más salud y bienestar, lo cual repercute en tus relaciones con los demás, en tu entusiasmo y en tus ganas de sí colaborar en lo que puedas y decidas para asistir a otros.
  • Porque estableces límites: Le muestras a los demás (y sobre todo, a ti mism@), el respeto que tienes para tus cosas, para tu tiempo y tus recursos, los cuales son limitados y sólo tú decides con quién, cómo, cuándo y por qué compartirlos.
  • Porque te ayuda a manejar el ego: Si te preocupa demasiado que los demás te rechacen o dejes de ser el o la “buena gente” del grupo, entonces el ego te está jugando una mala pasada. Obtener reconocimiento es una sensación que nos gusta a todos, sin embargo, si esto está pasando sobre ti mismo y tus necesidades, hay algo que reflexionar y arreglar, ¿no crees?
  • Porque contribuye a que te concentres en lo verdaderamente importante para ti: Si los múltiples compromisos que agendas no te permiten leer ese libro que tanto deseas, o dedicarle a tus seres queridos el tiempo de calidad que merecen, entonces es probable que estés dejando de lado lo que pesa más por lo que pesa menos en tu día a día.
  • Porque es más honesto y noble: Parece que no, pero negarte es una forma más transparente y noble que lanzarte a cumplir compromisos al “ahí se va”. Si sólo aceptas hacer aquello que quieres, entonces lo realizarás con ganas, entusiasmo y poniendo lo mejor de ti mism@. Suena mejor, ¿no?

 

Cómo decir que NO:

Por qué decir que no
¿Cómo le digo que NO?

Pareciera que la respuesta es: pues simplemente dices que NO ¡y ya! Pero todos sabemos que no lo es, y que negarnos a cumplir compromisos o a hacer cosas es más difícil de lo que parece, sobre todo cuando pensamos que con eso herimos los sentimientos de las demás personas.

 

Ahora bien, no todo es tan negro, ni tampoco eres el mal@ del cuento por decir que NO, sólo es cuestión de revisar las formas en las cuales podemos hacerlo. Aquí te comparto algunas ideas:

  • Conociendo las prioridades en tu vida: Cuando ubicas la escala de valor en tu vida, lo que es negociable y lo que no respecto a tu tiempo y tus capacidades, entonces es más fácil desechar aquellas propuestas o compromisos que le quitan tiempo a lo que es verdaderamente importante para ti.
  • Pensando antes de hablar: Si lo haces, tendrás mucho más claro por qué te estás negando, y no será sólo un acto de egoísmo para no ayudar a los demás, ¿ves la diferencia?
  • Conociendo las razones por las cuales dices NO: Por supuesto que no se trata de decir que NO por berrinche o por el sólo hecho de no ayudar; si conoces perfectamente las razones por las que estás negándote, será mucho más sencillo establecer tus prioridades y dejarlas claras ante los demás.
  • Eliminando culpabilidades y el miedo al rechazo: A veces nos da miedo negarnos a algo por “quedar mal” con la persona que nos lo solicita, pero si eliminas la culpabilidad y te centras en lo que sí puedes hacer y lo que no, podrás transmitir mejor el mensaje sin sentir miedo a que te rechacen.
  • Aceptando la idea de que no puedes complacer a tod@s: ¿Verdad que es imposible? Y aquí déjame contarte una anécdota personal: encontrándome ahora a poco más de tres meses de dar a luz a mi primer hija, la elección del nombre se ha vuelto tema de controversia con ambas familias…¡como si fuera democrático y sujeto de elección! Por supuesto que al final su papá y yo hemos decidido ya su nombre y no por ello nos hemos negado a aceptar opiniones y sugerencias, pero ¡imagínate que tratáramos de complacer a todos! Mi hija terminaría llamándose Mirna Julieta Valeria María de Lourdes Enideth (y realmente no quiero ganarme su odio de por vida con esto) :p
  • Siendo considerad@ con las necesidades del otr@: Por supuesto que las formas siempre son importantes, y más cuando las personas a quienes tienes que decirles que NO son queridas y apreciadas por ti. Por ello y como forma de cortesía y un acto de cariño, explica de la mejor forma posible tus razones para negarte. Decir que NO también significa ser empático con el otro, mostrarle tu apoyo e incluso, ayudándole en lo que sí puedas hacer, eso sí, bien hecho y de buena gana. (¿No debería ser así siempre que brindamos nuestra ayuda?)

 

¿Qué dices? ¿Te animas a practicar el NO de forma asertiva y decidida?

¡Compárteme tu opinión y aprendamos junt@s!

Atención: Los campos marcados con * son obligatorios.

Lo bueno se comparte:

Escribir comentario

Comentarios: 1