"Del dicho al hecho, hay mucho trecho"

(o cómo cumplir los propósitos de año nuevo)

del dicho al hecho hay mucho trecho
Los Dichos de la Abuela

Las mujeres Pancardo siempre hemos coincidido en un propósito de año nuevo: BAJAR DE PESO. Así, con mayúsculas y en grandote, de iguales proporciones que las amplias caderas que nos caracterizan.  Ahí nos tienen a todas, en plena cena de Año Nuevo, comiéndonos uva tras uva sin pedir más deseo que ése.


-         Que vuelva a entrar en mis jeans”- murmurará alguna prima Pancardo.


-         Que no se me salgan los gordos de la espalda”- dirá otra tía de la dinastía.


Y así hasta completar las doce uvas, a las cuales, por supuesto, les seguirán algo de pasta con crema, pavito, dos rebanadas de pastel, dos que tres copitas pa´l brindis…


-         Pos´ es que todavía es 31, mañana que sea 1 de enero, a pura lechuga y brócoli”- se les oirá decir a algunas, desechando de una vez la culpa por comenzar con el pie izquierdo a cumplir la promesa.

Está de más decir que, al siguiente año, exactamente el día 31 de diciembre en la misma cena de año nuevo, las mismas primas y tías juntarán sus caderas (ahora un poco más grandes o “rollizas”, como calificaba mi abuela a las mujeres pasaditas de peso para no decirles gordas) y jurarán que, ahora sí en 2016, van a bajar de peso, comenzarán a caminar y comerán nopal diario.

Igual de falso que bolsa Chanel en tianguis…

Y que conste que no es por ventanear a mis primas y consanguíneas, porque por supuesto que yo también he entrado en la algarabía de proponerme perder unos kilos cada año y, aunque en los últimos sí lo he cumplido, la realidad es que también ha habido otros añitos en los que el bajar de peso, junto con todo aquél propósito de año nuevo prometido, se han ido al caño directo y sin escalas. Como rezara el dicho de mi abuela:

“Del Dicho al Hecho, hay Mucho Trecho”

Yo, después de analizarme, analizar a la dinastía Pancardo y observar a unas cuantas vecinas, me he dado cuenta que cumplir los propósitos de año nuevo cuesta tanto por varias razones, entre ellas: 

 

  • Implica un cambio de vida: Pues sí. Eso de comer sano y hacer ejercicio es cambiar el estilo de vida. El león no será fácil de domar si la costumbre ha sido la fast food, la comodidad del sofá y hacerle el feo a las verduritas. Y eso por referirme específicamente al propósito de bajar de peso, pero evidentemente aplica con cualquier otro.

 

  • La desesperación: Sí, porque al no ver resultados inmediatos en poco tiempo, los Pancardo (y los González, y los Hernández y pónganle los apellidos que gusten y manden), se dan por vencidos. –“Es que mira mija, yo llevé la dieta re bien del 1 al 10 de enero, pero como nomás bajé 500 gramos, pa´qué le sigo”-. No, pues así ni cómo ayudarles.

 

  • La falta de memoria: Yo no sé si de verdad se olvidan los propósitos, pero anden ustedes a preguntar sobre ellos por ahí de mediados de julio y cualquiera los va a mirar con cara de WHAT??? Algún osado les dirá incluso que eso “se hace a final de año”. Peras o manzanas, el caso es que parece que resulta más conveniente que los propósitos “se olviden” a comprometerse, ser constante y alcanzarlos.

 

Entonces...¿cómo hacerle para cumplirlos?

Pues bien fácil: nomás aplica todo lo anterior al revés y ya estás; pero si aún así te sientes perdid@ en el espacio, aquí te dejo mi Guía para Cumplir los Propósitos de Año Nuevo, la cual te juro por San Juditas que funciona, pues yo la he llevado a cabo y me ha dado buenos resultados:

  • Haz propósitos realistas: No, bajar 8 kilos por semana no es un propósito realista; tampoco lo es correr un maratón en febrero si para lo único que corres es para alcanzar al vendedor de tamales. Muchas personas abandonamos nuestros propósitos porque nos planteamos metas inalcanzables en muy poco tiempo y con muy poca preparación. Así que revisa tus propósitos y hazlos palpables, cotidianos y realistas.

  • Cree en ti: Muchos vendrán a decirte que ya para qué le sigues, que mejor el otro año, que te veías mejor antes, que la última y nos vamos, etc, etc. Lo cierto es que el único (la única) beneficiado de cumplir lo que te propones eres tú mism@, así que cree en ti, en tu esfuerzo y visualízate alcanzando lo propuesto: ¿a poco no se siente padre?

  • Piensa diario en tus propósitos: Y actúa en consecuencia. Si puedes anotarlos en un lugar visible o ponerte un recordatorio en el celular o en la computadora cada cierto tiempo, mejor. Al tenerlos frescos, podrás hacer una pequeña cosa diariamente en la búsqueda de tu objetivo y, al terminar tu meta de 365 días, verás lo mucho que has podido avanzar, sólo por el hecho de no olvidar lo que te propusiste al inicio de año.

  • Da pasos pequeños: No te van correteando ni es una competencia. Ve a tu ritmo, sin prisa pero sin pausa. Acorta el objetivo estableciendo metas mensuales, quincenales o semanales, así no te atormentarás con el resultado final, sino que irás poco a poco y celebrarás esos pequeños logros que, en conjunto, te llevarán a la meta.
  • Sé consciente: De que estás cambiando de estilo de vida y que eso cuesta trabajo. Sea cual sea tu propósito, si lo tienes en mente es porque no es algo que se puede hacer de la noche a la mañana, ¿verdad? Entonces sé consciente y no te desesperes; sé compasivo contigo mismo y, si te caes, date la mano y levántate. Deja atrás los pensamientos del tipo: “si ya sé que no puedo”, “esto nunca va a resultar”, etc.
  • Rodéate de personas positivas: Y hazles saber de tus cambios. Mi mamá, por ejemplo, quiere dejar de fumar en 2015, y para comenzar lo que ha hecho es dar aviso a sus amigas fumadoras y compañeras de vicio. Si las personas son genuinas y te quieren, estarán ahí y apoyarán tu decisión y si no…¿vale la pena siquiera pensar en ellos? Así que rodéate de personas que te impulsen y quieran verte bien, no que quieran estar contigo sólo para dañarse en conjunto.
  • Sé constante: Todo lo anterior se resume aquí. Tus propósitos pueden ser los mejores de toda la familia, la colonia y el mundo, pero si no eres constante, en julio ya estarás igual o peor que antes de empezar (cualquiera que haya sido tu propósito). La constancia es fortaleza, es empeño y es compromiso. Si la tienes y la llevas a cabo, nada se te resistirá.

En fin, ya les contaré si algunas primas y tías Pancardo este año aplican la guía y le echan ganitas o, si por el contrario, me obligarán subjetivamente a dedicarles otro post en el 2016.


Y como YO SÍ QUIERO Y SÉ QUE PUEDO cumplir con mis propósitos de año nuevo, aquí los hago públicos autorizando a todo aquél que los lea me pueda ventanear a gusto si no los cumplo:


1.       Poner en orden mis finanzas personales

2.       Llevar una botella con agua a todos lados

3.       Bajar 4 kilotes de rock antes de mi cumpleaños, el 26 de junio

4.       Dejar de prestar atención al celular cuando estoy hablando con alguien

5.       Aprender y practicar un deporte nuevo

6.       Dedicar más tiempo a la vida en pareja

7.       Lanzar un taller para mujeres

8.       Mantener como prioridad en mi vida a mi familia

9.       Leer al menos 6 libros

10.   Salir sola con una amiga o amigo al menos una vez al mes

¿Qué tal si tú también compartes aquí tus propósitos y nos echamos porras para cumplirlos?


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