Por: Dora Pancardo
Honestamente, creo que todos los seres humanos nos hemos sentido alguna vez menos que alguien, y hemos comparado nuestro intelecto, cuerpo, virtudes o talentos con un balance menos que positivo.
¿Qué tal aquella vez que creíste ser una erudita en “x” tema y resulta que la amiga de tu amiga (que además es guapísima, tiene cabellazo y galán hollywoodense) resultó ser la especialista non plus ultra de aquello en lo que te creías LA especialista?
¿O recuerdas aquél momento en que decidiste por fin exponer tu idea en la reunión más importante de tu empresa y, aunque te dejaron terminar, al final te batearon diciendo que eso ya se había realizado y había sido de hecho un proyecto de pérdidas millonarias?
En fin, ejemplos propios y ajenos puedo mostrarte muchos, el punto aquí es que, a veces, pareciera que nuestra autoestima fluctúa más que el dólar en estos tiempos (lo cual ya es vergonzosamente bastante).
¿Por qué dependemos de las opiniones de otros para sentirnos bien?
Bueno, pues para empezar, porque somos seres sociales. No vivimos en una burbuja ni en una isla donde cacemos nuestra comida, sembremos nuestros jitomates y podamos andar desnudos porque nadie nos ve. La realidad es que vivimos en compañía desde el mismo momento en que nos asomamos a este mundo, y desde entonces, hemos estado en búsqueda de aprobación: primero de nuestros padres en la tierna infancia y luego, de todos los demás.
Otra cosa que es cierta es que nos enseñan desde aquellos primeros años de vida a regirnos bajo los preceptos sociales: a ser buenos niños, a obedecer, a comer con cubiertos, a saludar, mandar besitos y cuanta monada y buen comportamiento sea necesario para agradar a los demás y que hablen bien de nosotros, aunque no sepamos ni caminar.
Esto es así y es difícil que cambie, así que quienes debemos cambiar somos nosotros mismos
¿Y cómo? -me vas a decir y con mucha razón- bueno, como todos los cambios éste no va a ser fácil y tendrás (tendremos) que trabajar por él TODOS los días…y no se trata solamente de echarnos porras, mirarnos al espejo y mandarnos besos diciéndonos que somos lo mejor que ha pisado este universo, sino al contrario, el trabajo será vernos y ver a los demás de una forma mucho más objetiva, sin filtros y enfocándonos en descubrirnos.
Si te animas, entonces aquí te dejo 6 Recomendaciones para Elevar tu Autoestima Inmediatamente (probadas y comprobadas por mí):
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1. Sé tú mismo(a): si insistes en comportarte o imitar a alguien más, siempre serás una versión chafa o pirata de aquél o aquella. Mejor ser la mejor versión de ti mismo, ¿no? Más padre y menos repetitivo.
2. No te compares: todos somos inferiores a alguien más en algún aspecto. Buscar autovaloración comparándote con los demás es una mala idea para construir o reparar tu autoestima.
3. Enfócate en lo positivo: es más fácil decirnos que estamos mal en algo, que no somos suficiente atractivos o inteligentes, la pregunta es: ¿comparado(a) con quién? En vez de estar observando cómo están los demás, enfócate en tus puntos buenos y sácales provecho.
4. No lo tomes personal: cualquier comentario que otra persona pueda hacer acerca tuyo (en mala onda) habla de ella misma, no de ti. Pregúntate: ¿qué sentimientos puede tener esta persona dentro para tirar basura hacia fuera? Y en lugar de decirte lo mal que estás, ejercita tu compasión y ve al otro como el ser humano que es, tal como tú.
5. Pretende: sí, pretende e imagínate siendo tú mismo(a). Pretende ser una persona segura, que habla fuerte y claro, que se siente cómoda con su piel, con sus pensamientos, con sus logros y emociones. Mientras más lo practiques, más se hará parte de ti y llegará un día en que ya no estés pretendiendo, sino simplemente SEAS.
6. Pregunta: ¡sí! A quien más confianza le tengas y sepas que es NETA: ¿qué virtudes ve en ti? ¿qué valora al tenerte cerca? ¿en qué te considera sobresaliente? Yo sé que hacer estas preguntas puede sonar egocéntrico, por eso te recomiendo que vayas con alguien que sepas que te quiere genuina y transparentemente. Te aseguro que te vas a asombrar del MONTÓN de cosas buenas y agradables que las personas perciben en ti.
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