Tres Secretos para Vender Más

Emprender es una tarea que requiere disciplina, valor, constancia, apertura, aprendizaje y ¡uuufff! Un montón de cosas, valores y actitudes más, los cuales el o la emprendedora van desarrollando si de verdad son apasionados, si de verdad hacen en lugar de sólo pensar y meditar y si de verdad QUIEREN CON TODA SU ALMA (así en mayúsculas y negritas) llevar a su negocio o emprendimiento a buen puerto (un puerto donde uno se sienta en paz, contento y que, además, pague las cuentas…).

Sí, porque tú puedes estar BIEN apasionado/a, BIEN contento/a con tu decisión, BIEN esperanzado/a en que tienes el producto o servicio que el mundo necesita y pide a gritos. Y cuando llega el momento de la verdad, cuando lanzas ese algo que intuyes se venderá como pan caliente y te llevará a los cuernos de la luna…¿qué pasa?

NADA.

¡Nada! Nadie parece quererlo. Todo el mundo está contento SIN ESO que tú tienes y que ves tan claro que necesitan. ¿Cómo? ¿Acaso te equivocaste de mundo? ¿Soñaste en eso en tus noches de desvelo en las que pensabas que trabajabas? ¿Te mintió tu instinto?

¿Y ahora, qué haces? ¿Buscar en el periódico una chamba?

No. 

Ahora, lo que hay que hacer es analizar en qué fallaste y VENDER.

Sí, ya sé que me vas a decir que justo eso es lo que has estado haciendo: TRATAR DE VENDER: con todos, con tus vecinos, arrancándote la vida para obtener un cliente, pero NETA NETA en esta carrera tras la chuleta tal vez te has olvidado de los puntos clave que llevan a una persona a comprar, a engancharse con algo o con alguien.

Ah, ¿verdad? La perspectiva cambia.

Por eso en este artículo quiero mostrarte TRES de mis principales y más GRANDES SECRETOS como emprendedora a la hora de VENDER. No quiero que me des la razón, quiero que los PRUEBES y me digas si te funcionaron como a mí y como a cientos de gurús en esto de las ventas.

¿Listo/a? Aquí van:

Sí, ya sé que quieres vender y vender, que hay que pagar la luz y el teléfono y mil facturas más. Pero te lo digo en serio: si no te enfocas en ofrecer algo antes de pedir que te compren, nunca llegarás al nivel de ventas que quieres. Las personas no te conocen, no saben lo maravilloso que es tu producto o servicio, así que muéstraselos, dales una probadita, deja que aprecien lo valioso que es y después, sólo después, invítalos a COMPRAR.

Ejemplos de lo que puedes dar:

 Si vendes un producto: muestras gratis, descuentos, promociones, sesiones donde se prueba el producto, etc, etc.

Si vendes un servicio: artículos, e-books, sesiones gratis de exploración, contenido de muchísimo valor que muestre todo lo que sabes como checklists, mapas de ruta, plantillas, etc, etc.

Cuando queremos vender, nos enfocamos en hablar y hablar sobre las maravillas de nuestro producto o servicio…que si sirve para esto y para aquello, que si elimina manchas, que si te eleva la autoestima, que si te cambia el carácter, que si es mejor que éste o que aquél…En fin… ¡no escuchamos a nuestro cliente! Nos concentramos tanto en que se lleve puesta toda la información que tenemos, que no nos detenemos a escucharlo, a analizar lo que nos dice para a partir de ahí, conocer sus verdaderas necesidades y ofrecerle una VERDADERA solución a su caso particular (claro, si es que la tenemos).

¿Y cuáles son algunas de estas preguntas clave? Anota:

• ¿Cómo te sientes hoy?
• ¿En qué específicamente consideras que necesitas ayuda?
•  ¿Qué tipo de información necesitas para tomar una decisión?
• ¿Qué problema tienes ahora y qué solución buscas?

Recuerda: la empatía es la reina de la interacción humana. Si la aplicas, si ves un poco más al otro, estarás más cerca de realmente servirle y, por consecuencia, vender.

¿Quién o quiénes son los mejores en tu ramo? ¿A quién admiras por lo que hace y te dices: “así quiero ser yo” “quiero alcanzar ese nivel”? Ubica a estas personas, investiga cómo empezaron, lee su biografía, infórmate sobre si dan cursos o talleres, si hay alguna forma de acceder a lo que saben y si es así ¡inscríbete ya! Aprende en primera fila de ellos y júntate con ellos, ve a los lugares que van, toma los cursos que toman, revisa sus fuentes de información…¡inspírate y mira que todo lo que hay atrás es trabajo duro y muchísima disciplina y enfoque!

Ojo: no te digo que los copies y vayas a seguir sus pasos huella tras huella. Se trata de que te inspires, de que aprendas de los mejores, de que sepas que hay personas como tú que ya lo lograron y que si ellas pudieron…¿tú por qué no? ¿Qué te lo impide?

Y ya para terminar, recuerda que NO TODOS SON TUS CLIENTES.

No vale la pena estar tras todos.

Vale la pena enfocarse en aquello que sí quieres que lo sean y que sí están dispuestos a pagar por tu excelente producto o servicio.

Recuerda también las palabras mágicas:

Enfoque, Disciplina, Compromiso, Esfuerzo.

HACER, HACER Y HACER HASTA QUE SALGA.

¡Un abrazo de emprendedora a emprendedor/a!